Que los famosos puedan emprender y crear empresas es casi tan viejo como la fama misma. Siempre se puede aprovechar ser conocido para darle un empujón al marketing de la empresa y poner el nombre al servicio de la marca.
Lo que ha comenzado a pasar en los últimos años, sin embargo, es mucho más profundo.
Ya no es solamente un famoso dándole su nombre a un nuevo perfume (algo que obviamente sigue sucediendo), sino que un artista, deportista o cualquier otro tipo de celebridad, invierta en el desarrollo de una start up (muchas veces de tecnología), y hasta se involucre un poco en ayudarla a crecer.
Pero aún en esta nueva ola de famosos-emprendedores (a la Ashton Kutcher), y que aquí aborda la revista Emprendedores, hay dos grandes divisiones.
La primera es la de los Sergio Ramos y la segunda la de los Gerard Piqué.
La historia de Ramos es que, a través de su family office se involucró invirtiendo en Fever (la app que te ayuda a encontrar opciones de entretenimiento en distintas ciudades), de una manera que podríamos definir como relativamente pasiva.
Es decir, si bien contribuye, como suele pasar, abriendo puertas y consiguiendo contactos (e incluso reclutando a otros inversores, como fue el caso de Alejandro Sanz), la empresa ya existía y lo que hizo fue darle algún apoyo financiero y también algunos valiosos contactos.
La historia de Piqué, por el contrario, es si se quiere, más proactiva. El que quería crear una empresa era él y lo que hizo (sabiendo que no puede dedicarse a eso y que probablemente tampoco sea la persona ideal para hacerlo), fue buscar al emprendedor que pudiera llevar a la práctica su idea.
La idea en cuestión era crear videojuegos como los que él le gustaba jugar y no encontraba. Con eso en mente lo buscó a Alberto Guerrero para crear Kerad Games, empresa de la que ahora es Presidente y principal accionista, además de participar personalmente en reuniones semanales de diseño de juegos, como uno más del equipo.
La forma de involucrarse en una empresa “a la Sergio Ramos” implica una cierta distancia y un rol más parecido al de un Business Angel, que apoya y financia.
La “vía Gerard Piqué” (menos frecuente hasta ahora), es la de un profesional de otra área que tiene una idea concreta para una empresa, pero sabe que no es él la persona para llevar el día a día.
Uno elije una empresa para invertir y apoya. El otro elije un emprendedor para crear su empresa.
Lo que hace Piqué es similar a lo que todo emprendedor innovador tiene que hacer: buscar alguien que te ayude a llevar a la práctica tu visión. Y eso parte de reconocer claramente que hay muchos aspectos del desarrollo y la gestión de la empresa, para los que no eres la persona indicada.
Aquí hay más información sobre las características de un emprendedor Innovador.
Lo que hace Ramos es más parecido a lo que hace un inversor: poner dinero y estorbar lo menos posible (y si se puede ayudar en algo puntual, hacerlo). Eso parte de reconocer que no tienes, al menos en este caso, ninguna visión específica, sino que simplemente estás eligiendo gente que sí la tenga y que tenga también lo que hace falta para llevarla a la práctica exitosamente.
Aquí tienes más información sobre las características de un emprendedor Inversor.
En cualquier caso, lo que los dos tienen es la claridad de saber qué es lo que saben y pueden hacer para agregar valor a la empresa, y qué es lo que no.
La misma claridad debes tener tú como emprendedor para saber cuál es el rol o perfil emprendedor que mejor te sienta.
Y por supuesto, los roles no se agotan en estos dos que te estoy contando. Si quieres saber cuáles son los ocho perfiles emprendedores y cuáles son las mejores estrategias para cada uno de ellos, puedes verlo aquí.