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Tecnología

Celular 2.0

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La próxima columna de La Capital (seguimos adelantando….)

Si alguien se encuentra paseando por las calles de Nueva York, San Francisco o Chicago y súbitamente siente la urgencia de ir al baño, no tiene nada de qué preocuparse, mientras tenga su celular consigo. Lo único que tiene que hacer es mandar un mensaje de texto a  Miz Pee (www.mizpee.com) y ellos le enviarán una lista de los baños más cercanos a la localización del celular, junto con una calificación de la limpieza de cada uno (que es generada por los mismos usuarios).

Supongamos que lo siguiente que quiere hacer esa misma persona, ya con su vegija aliviada, es tomarse un café en Starbucks, pero no sabe dónde hay un local de la famosa cadena. No hay problema, sólo tiene que enviar el código postal del lugar donde se encuentra al número MYSBUX (697289) y le enviarán inmediatamente los tres locales de Starbucks más cercanos.

¿Recuerdan los tiempos en que el celular era sólo un aparato para hablar por teléfono? Bueno, esos días se han ido. Hoy el celular es, para el usuario, un formidable instrumento de comunicación, entretenimiento e información, entre otras utilidades.

Pero para los emprendedores, el pequeño aparatito es una posibilidad fascinante de ofrecer nuevos servicios a una clientela creciente y dispuesta a comprar cualquier cosa que le simplifique la vida o la entretenga.

El celular puede ayudarnos a controlar nuestro peso, por ejemplo. Eso es lo que vende Myca, una pequeña firma de Quebec que ofreceLeer más »Celular 2.0

Black out

Hace poco un ingeniero de IBM demostró que se puede hackear fácilmente una central nuclear y apagarla, generando un corte masivo de electricidad. Mirá: http://www.adslnet.es/index.php/2007/08/25/un-hacker-accede-a-una-central-nuclear-en-estados-unidos/… Leer más »Black out

El Código Garjajev: la web 2.0 está en nosotros

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El Código Garjajev: la web 2.0 está en nuestros genes

Eduardo Remolins

 “Los negros son menos inteligentes”, palabras más palabras menos, eso fue lo que dijo hace poco James Watson, Premio Nobel de Medicina en 1962, sin que se le moviera ni uno sólo de sus escasos y blancos cabellos. Previsiblemente, el mundo dió un brinco y la comunidad científica reaccionó rápidamente. La Federación de Científicos de los EEUU lo acusó de “promover prejuicios racistas, rencorosos y sin sustento científico”.

Pero el daño ya estaba hecho y no era un desconocido el que había hablado. Watson fue uno de los descubridores del ADN, ese cáliz mágico donde reposa la información que supuestamente da origen a todo lo que somos: desde nuestro coeficiente intelectual hasta nuestros hábitos más molestos. Si esa información es la que determina la inteligencia innata, la misma puede variar junto con el color de la piel, ¿no es así?

No necesariamente. ¿Qué pasaría si el ADN fuera “programable”? Es decir, si no fuera una especie de “libro de la vida” (o una memoria ROM), una secuencia informativa cerrada, sino algo más parecido a un “chip de la vida”, una base de información reprogramable, cambiante y flexible? Leer más »El Código Garjajev: la web 2.0 está en nosotros