Shimpei Takahashi es un creador de juguetes. Cansado de que su jefe le exigiera que analizara montañas de datos antes de proponerle el diseño de un nuevo juguete, Shimpei se rebeló y comenzó a trabajar basado en ideas, no en datos. Para eso tenía un método creativo.
El método está basado en Shiritori, un juego en el que los participantes tienen que decir palabras, por turno, que comiencen con la letra final de la última palabra que se dijo.
Con esas palabras que se obtienen casi al azar, luego tienes que hacer el esfuerzo de conectarlas con el tema particular para el que estamos buscando ideas.
Por supuesto, hay muchas variaciones del mismo método y lo único que cambia es cómo o de donde obtienes las palabras. Lo que haces siempre el forzar el cerebro a relacionar esas cosas que, a primera vista, no tienen ninguna relación.
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Este juego de apariencia ingenua o inclusive tonta, genera varias cosas:
1. Rompe la lógica.
En los procesos creativos una primacía del hemisferio izquierdo (lógico racional) del cerebro, atenta contra el resultado. Necesitas liberarte y darte permiso para encontrar conexiones absurdas o al principio sin sentido.
2. Obliga a conectar.
La creación es hija de la vinculación de ideas, conceptos e información preexistente. Por lo tanto todo lo que te lleve a buscar conexiones te acerca más al terreno creativo.
3. Incorpora el espíritu lúdico.
Cuando haces las cosas como un juego también es más probable que te des permisos que en otras ocasiones no te darías. En un juego está todo permitido y el juicio se suspende.
Este juego, como el viejo y querido brainstorming (del cuál es una variante), tiene reglas y objetivos precisos. El principal es “no juzgues, permite a todas las ideas”.
Lo que buscas es un flujo de ideas, no una o dos que pasas inmediatamente a analizar. Reúne un gran número de ideas, que el momento de analizar y refinar vendrá después.
Básicamente hay dos etapas en este tipo de técnicas: la producción (de ideas) y la selección.
Otro método japonés para seleccionar tus ideas después del brainstorming.
En la primera prima lo creativo no analítico, en la segunda le damos entrada al cerebro analítico. !No superpongas nunca las etapas!
Si quieres ver un ejemplo gracioso y divertido de esta técnica en la práctica, aquí tienes un video de Shimpei en su charla para TED Tokio.