Cada día se envían más de 100 millones de tweets, esos breves mensajes de 140 caracteres que son el alma de Twitter. La red social hace furor tanto entre políticos que esquivan las conferencias de prensa y hacen sus anuncios en la web, como entre vedettes que la utilizan como arma arrojadiza en sus disputas entre colegas.
Pero, sacando esos casos estelares, la mayor parte de los tweets no sólo son de naturaleza efímera, sino que tienen interés sólo para un grupo reducido de seguidores ¿Quién podría pensar que esa información fugaz y superficial podría ser útil para tomar decisiones de inversión?
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