¿Tengo lo que hace falta para ser emprendedor? Aunque no todos lo expresen de esa manera esa es una pregunta común que solemos hacernos. Es lógico, si uno piensa en todos los beneficios de alcanzar la libertad financiera, pero también en las dificultades que se encuentran en ese camino.
El problema justamente es que la pregunta está mal planteada. Lo correcto es preguntarse: ¿qué tipo de emprendedor soy? Esto es así porque no es un camino, sino varios, los que nos pueden llevar al objetivo de tener un emprendimiento. Por lo tanto, lo que tenemos que averiguar es, de acuerdo a nuestras características, cuál es el mejor camino para nosotros.
El mundo de los negocios está repleto de personas que probaron sin éxito tener su propia empresa y que se desanimaron, fracasaron o se frustraron, simplemente porque estaban encarando la actividad de una forma que no era la adecuada para ellos.
La clave aquí, por supuesto, es ¿cómo descubro cuál es el camino más adecuado para mí?
Lo primero que hay que decir es que, con todas sus facetas y variaciones, hay ocho formas básicas de hacer negocios. Y esas ocho formas básicas se corresponden con ocho tipos psicológicos que surgen de considerar las tendencias de personalidad básicas.
En otras palabras cada persona es buena para algo en los negocios. Y también bastante mala para muchas cosas. La diferencia entre el éxito y el fracaso a menudo radica en la diferencia entre quiénes descubrieron en algún momento cuál es “su juego” y se apegaron a él, y quiénes sin saber bien cuál es su perfil, han probado una mezcla de estrategias y recomendaciones, sin llegar nunca a descubrir cuál es el que les correspondía.
Averigua qué tipo de emprendedor eres con el Test de Perfiles Emprendedores.
Cada libro de negocios y cada gurú empresarial pueden ser catalogados también en función de ese perfil. Cada uno recomienda hacer negocios del modo que más éxito le ha reportado.
Están quienes nos aconsejan las inversiones (sobre todo las de largo plazo), quienes nos sugieren la innovación y el desarrollo de productos nuevos, los que ponen el acento en el marketing y las marcas, los que hablan de liderazgo, los que apuntan a la eficiencia, los que enseñan a negociar, los que se enfocan en el trading y los que sugieren desarrollar sistemas de negocios.
¿Quién tiene razón? Todos y ninguno.
Hay al menos uno de esos gurúes que tiene el mensaje correcto para ti. Pero no lo sabrás hasta que no descubras quién eres. Es decir, cuál es tu perfil. Una vez que sepas eso será como si tus capacidades se hubiesen multiplicado, porque estarás usando aquellas para las que estás naturalmente más dotado, y como si se multiplicase tu energía, porque disfrutarás tanto haciendo tu “trabajo” que el tiempo se te pasará volando.
Esto es lo que saben los que tienen éxito. Te lo digan o no.
La pregunta no es si puedes tener un emprendimiento. Lo que tienes que averiguar son dos cosas:
- De acuerdo a mi perfil y mis fortalezas, ¿qué tipo de negocio me conviene y cuál es el papel que debo desempeñar en mi emprendimiento?
- Para complementarme en aquellas cosas que no sé hacer tan bien, ¿qué tipo de perfil debo buscar en mis socios?
Esto es lo que te va a permitir no sólo ser más eficiente, sino también disfrutar más con tu trabajo.