Siempre me sorprendió, desde que comencé a espiar cómo llegaban visitas a mi blog, el tipo de preguntas que hace la gente en Google.
Es cierto. Aunque parezca extraño, muchos “le hablan” a Google, como lo harían con una persona sabia a quien uno acude en busca de respuestas.
Un clásico de las búsquedas de quienes terminan recalando en El Economista en Piyama es “¿para qué sirve la economía?“. Otra pregunta frecuente que me encuentro al visitar las estadísticas del sitio es: “¿para qué sirve el software?”.
Estas preguntas tan simples y directas a veces me sorprenden, lo reconozco. Y lo hacen porque, como muchos, cometo a veces el error de presuponer que todos conocemos lo mismo. A veces solemos dar por descontadas cosas que no son en absoluto familiares para otras personas.
La realidad es muy diferente. En un mundo complejo y sobreespecializado, cada uno tiene un área de conocimiento que domina mejor, un punto de vista particular y especial desde el que se asoma al mundo.
¿Por qué debería saber todo el mundo qué es la economía y, mucho menos, para qué sirve? Quizás los economistas deberíamos preguntarnos eso.
Francisco “Paco” López, un consultor y editor español, se debe haber preguntado lo mismo. No sobre la economía, en general, sino sobre las empresas, en particular.
Si alguien le preguntara a Google: “¿Qué es una empresa?”, su último libro “La empresa explicada de forma sencilla”, debería encabezar el page rank. El texto sería la más didáctica y completa respuesta a ese interrogante.
Hace unos días Llorenc Rubió, socio de López en Libros de Cabecera, la editorial que lo ha publicado, tuvo la amabilidad de enviarme un ejemplar del libro para que lo reseñe.
Una vez que leí el libro, me alegré de haberlo recibido. No sólo porque es del tipo de textos útiles y didácticos, que considero tan necesarios, sino porque descubrí con asombro ciertas posiciones del autor acerca del mundo de la empresa con las que me identifico profundamente.
Contrariamente a lo que parece a primera vista, creo que hay que tener un toque de audacia para proponer un libro con un título tan despojadamente simple y con una intención didáctica tan evidente. Al menos si uno es un ex Arthur Andersen y ha transitado bastante por la jungla de los autores de management, densamente poblada de títulos pretenciosos y sofisticados.
Paco López va por otro lado.
En primer lugar, porque le preocupa (confiesa), que la gente y especialmente los jóvenes no entiendan adecuadamente la naturaleza y el funcionamiento de la empresa o tengan prejuicios negativos sobre el tema. Y esta, obviamente, es mi primera coincidencia.
En segundo lugar, porque está lejos del estereotipo del autor de management, de prosa altisonante y salpicada con términos de la jerga. Otro punto de identificación.
López es didáctico, paciente, nada pretencioso. Casi con seguridad porque su objetivo (la divulgación de los temas empresarios), le importa más que su propio lucimiento.
Sin embargo, pese a su sencillez y a sus diferencias discursivas con la mayoría de los colegas, está claro que López es un insider del mundo corporativo. Se le nota.
Tiene el tono y la intención de quién quiere reivindicar el ámbito de la empresa, porque lo conoce, lo valora y se siente parte.
Leyéndolo no pude evitar recordar el tiempo que trabajé en el IAE. En esa escuela de negocios conocí lo que era el mundo de las grandes empresas. Aprendí, sin que nadie me lo dijera expresamente, que en la cultura organizativa de ellos estaba impresa a fuego una visión especial de la empresa. Era evidente que muchos profesores la veían no como una máquina de ganar dinero, sino como una institución. Como una de las instituciones modernas más importantes. De ahí el respeto que le profesaban.
Cuando uno ve a la empresa de ese modo, con un criterio que excede la visión mecanicista de la maximización de beneficios, es casi inevitable que termine hablando de valores. Y López no es la excepción en esto.
La toma de posición que hace en distintas partes del libro, puede estar relacionada con el pago de impuestos o el respeto por el medio ambiente, o a veces con el consejo más familiar (casi como de un tío bonachón), de evitar los conflictos internos en las empresas “y concentrarte en tu tarea”.
Sin embargo, el punto más alto de esta perspectiva de la empresa (y de mis coincidencias con el autor), llega en el capítulo 12, donde López habla de “la empresa feliz”. Sólo este concepto hubiese ameritado un libro entero. Y lo introduce, no casualmente, hacia el final del libro y planteándolo dentro de una discusión más amplia sobre lo que considera la empresa ideal, o “modélica” (sobre lo que sí ha escrito otro libro). Toda una toma de posición.
Lo interesante es que ya ha hablado (en el capítulo 9) sobre la productividad. Y si bien plantea su importancia, ni se le ocurre mezclar medios con fines y deja claro que, para él, el fin de la empresa es buscar la felicidad de empleados, accionistas y clientes.
Mucho se puede decir y discutir sobre si es posible alcanzar la felicidad a través de la acción de una empresa, pero es indudable que el punto de vista está a años luz de las prácticas que son estándar en el mundo del management. Paco es una rara avis. Por suerte.
Por lo demás el libro podría ser considerado no sólo un alegato en defensa de la empresa y la economía de mercado, sino hasta un manual sencillo para emprendedores.
Un texto que va desde explicar los diferentes tipos de sociedades hasta los consejos prácticos que da para la creación de una empresa, pasando por los contenidos de un plan de negocio.
El único punto débil podría ser la brevedad en el desarrollo de los temas, especialmente evidente en el capítulo dedicado a la valuación de empresas. Pero esto, como anticipa el autor en la introducción, es lo que sucede con casi cualquier manual introductorio. Es cierto.
Finalmente, creo que con la rica experiencia que tiene López, sin duda podría haberse beneficiado salpicando generosamente el texto de anécdotas, casos e historias “desde adentro”. Ese tipo de historias, especialmente atractivas cuando son contadas por el protagonista, habrían hecho mucho por estimular más aún el interés por el tema, como pretende no sólo el autor, sino la editorial que ha fundado.
A propósito, y para seguir con las coincidencias, Libros de Cabecera se propone no sólo editar libros de divulgación y manuales, sino obras de ficción relacionadas con el mundo empresario. Inteligente estrategia para acercar gente al tema.
Para cerrar esta larga reseña, acabo de preguntarle al buscador más famoso “¿qué es una empresa?”. Comprobé que el libro de Paco aún no aparece en la primera página.
¿Google, será hora de actualizar los vínculos?