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Como algunos de ustedes saben, en los últimos cuatro años enfoqué la mayor parte de mi actividad profesional en Sur Norte, una ONG en la que he sido director desde 1999 y Presidente desde 2005 hasta ayer. Entre 2005 y 2007 desarrollamos un programa de apoyo a nuevos empresas y negocios innovadores llamado Procentro.
Procentro fue una “desarrolladora de negocios”, como la llamamos. Un instrumento para mostrarle a los emprendedores qué tipo de negocios podrían crear y hacer crecer para generar prosperidad para ellos y sus comunidades, sin perjudicar a nadie ni dañar el medio ambiente. Procentro fue, en términos personales, mi manifiesto práctico. Mi visión personal, llevada al trabajo de campo (con el inevitable proceso de prueba y error), del costado esencialmente creativo, inclusivo, íntegro y divertido que pueden tener las empresas y la actividad económica. Es el trabajo y la visión de un equipo y de una institución, pero mentiría si dijera que no lo considero una proyección de las cosas en las que creo y de una aproximación especial, diferente, al mundo del dinero.
Por Procentro pasaron, en esos tres años, aproximadamente 2.000 emprendedores que asistieron a seminarios, talleres y recibieron asesoramiento o mentoría. Un portfolio reducido de empresas recibió un apoyo especial bajo la forma de promoción en medios de comunicación y ámbitos empresariales, consultoría o inversiones de inversores ángeles de la Red que creamos especialmente en 2006. La difusión de información de oportunidades de negocios tomó la forma de columnas en diarios y revistas y entrevistas en radio, televisión, medios gráficos y digitales. Desarrollamos metodologías nuevas para enseñar y ayudar a descubrir oportunidades y organizar empresas (Eureka! y Modelab), creamos una base de datos de oportunidades de negocio (La Fuente). En fin, fue mucho lo que se hizo en un lapso relativamente corto de tiempo y con un presupuesto más que módico (91 dólares por emprendedor). La presentación en powerpoint (traducida) del Informe de Impacto que hicimos a patrocinantes y amigos en Abril en Nueva York, San Francisco, Los Angeles, Boston y Washington, es la que está al principio. Hay más números y datos, que son importantes, aunque nunca podrán transmitir y resumir las sensaciones, satisfacciones y a veces también frustraciones, de cuatro años de trabajo haciendo lo que más nos gusta.
Sur Norte ya entró en otra etapa en la que estamos ayudando a reproducir la experiencia en otras ciudades y países. Estamos en la tarea de ayudar a crear “Procentros” en otros lugares. Diego Ambasz es el Presidente desde ayer y yo sigo en el Directorio y trabajando en la consultoría y apoyo a otras instituciones que es el corazón de esta nueva etapa, aunque no full time como hasta ahora. Nada me gusta más que empezar una nueva etapa. Nuevos desafíos y horizontes. Se los voy a ir contando en los próximos posts (ALERTA: este blog puede volverse un poco más autobiográfico 🙂 )