En el lapso en que fui funcionario me sorprendía la cantidad de empresarios que se reunían conmigo para comentarme que deseaban construir una fábrica o realizar una inversión importante. En realidad lo que me llamaba la atención es que todos comenzaban diciendo algo así como: “no vengo a pedir nada” o “no hago esto por el dinero”. Sin embargo, a los cuatro minutos estaban pidiendo alguna exención impositiva.
Una forma de interpretar este comportamiento es pensar que es simple y puro cinismo. Al comienzo yo pensaba así. Luego cambié mi punto de vista y entendí que muchos de ellos estaban siendo sinceros, por extraño que parezca. ¿Cómo es posible? ¿Cómo se puede decir que lo que te motiva no es principalmente el dinero y luego buscarlo tan afanosamente? Mi teoría sobre este tema está en este artículo.