¿Dónde está el filón?

manu_ginobili_1.jpg

Es una escena que se repite con frecuencia. Una persona pide una consulta y al entrar a mi oficina, después de los saludos de rigor y de algún comentario sobre el clima, suelta la pregunta: “estoy buscando independizarme y quiero saber qué cosas pueden ser buen negocio”. Puedo adivinar lo que está pensando: “¿Dónde está “el filón”, señor economista?”.  Donde Ud. menos se lo imagina, señor emprendedor.

 De todas las entrevistas a empresarios y emprendedores que he hecho una de las cosas que me han quedado más claras es que la pasión es lo que lleva al éxito, en cualquier negocio o sector y en cualquier tiempo. El filón es la pasión, y lo bueno es que todos tenemos una pasión. Aunque la ansiedad nos traicione, eso es lo que hay que buscar primero. De cualquier pasión se puede hacer luego un buen negocio. 

¿Qué tienen en común Steve Jobs (el fundador de Apple), Madonna, Manu Ginóbili y Páez Vilaró (el célebre pintor uruguayo)? Dos cosas: hacen lo que aman y ganan muy buen dinero haciéndolo. Pero las dos están relacionadas: les va muy bien, precisamente, porque hacen lo que aman. De acuerdo, el talento cuenta, y mucho. Pero no lo es todo. ¿Es acaso Madonna la mejor cantante?

 

Más allá de los casos glamorosos, la pasión es una razón práctica y concreta que explica el éxito económico. ¿Por qué? Porque cuando se está enamorado de lo que se hace uno tiene varias ventajas:

 

1-      No se rinde nunca, ni siquiera considera esa posibilidad. Aunque los objetivos tarden en conseguirse, se disfruta el proceso, no sólo la llegada a la meta. Uno es feliz “mientras tanto” y sigue intentando.

2-      La mente trabaja 24 horas para alcanzar el objetivo. Uno es más creativo y está más enfocado, dado que tendemos a pensar más en las cosas que más nos gustan o interesan.

3-      Los golpes y desilusiones (inevitables), se absorben más facilmente. El empresario apasionado es como esos boxeadores que cuando les toca “cobrar” ni siquiera trastabillan.

 

Pero, si no me creen a mí, escuchen a Jobs: “A veces la vida te pega con un ladrillo. No pierdan la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tienen que encontrar qué es lo que aman.

 

“El trabajo va a llenar gran parte de su vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideran un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hacen. Si aún no lo han encontrado, sigan buscando. No se conformen.”

 

Busquen el filón, pero no afuera. Búsquenlo adentro.